Aquí también hay justicia patriarcal y mujeres que quieren cambiarla

El techo de cristal es una realidad en todo el mundo. Los puestos de mayor responsabilidad tanto en el ámbito privado como público son ocupados por hombres mayoritariamente. Esto forma parte de la discriminación de género en el ámbito laboral. Sin embargo, en Lamu hay una mujer que rompe este techo y es la jueza de la magistratura de Lamu County.

Desde el año 2016 es una mujer la que ocupa el cargo de jueza en la isla. Esto ha traído muchas consecuencias, ya que está imponiendo una forma diferente de hacer las cosas. Es evidente que sólo el hecho de que sea una mujer la que ocupe este puesto en la Isla, tiene un gran impacto. Pero si además ha tomado decisiones que mejoran la vida de otras mujeres, es algo muy importante.

El año pasado, a raíz del trabajo realizado sobre las Violencias Machistas pudimos entrevistarla y en esa charla, cuando compartimos con ella los objetivos del proyecto Afrikable, se mostró interesada en conocerlo y hablar con las mujeres que forman parte del proyecto y este año decidimos recoger esta propuesta y la invitamos a la ONGD para tener una charlas con las mujeres del proyecto.

Cuando confirmamos la visita y subimos a decirlo, hubo reacciones muy diversas. Algunas mujeres le tienen mucha admiración ya que han escuchado alguna de las decisiones que ha tomado condenando casos de abusos y agresiones sexuales, por lo que estaban muy entusiasmadas preparando la visita. Otras reaccionaron diferente ya que otro de los asuntos en los que la magistrada más se está metiendo es en la condena de casos de drogas y en algunos casos son muy elevadas, por lo que causa el descontento de parte de la Isla.

Decidimos que la charla fuera en Kswahili ya que era una charla para ellas, para las mujeres de este proyecto y para que aprovecharan al máximo la oportunidad de conocer a una mujer que ha roto tantas barreras y sus conocimientos de la ley, para solucionarle dudas que puedan tener sobre sus derechos y sobre los procesos judiciales. Y eso es lo que ellas hicieron, exprimir cada minuto.

Charla Jueza Lamu

La jueza comenzó con una introducción sobre los derechos de las mujeres, cómo hemos ido avanzando gracias a la educación y los retos que todavía quedan por delante, entre ellos el matrimonio infantil. Luego les resaltó la necesidad de inscribir a los hijos e hijas en el registro y contar con los certificados de nacimiento, ya que es algo que no se hace siempre en esta Isla y que luego para cualquier trámite burocrático puede perjudicarte mucho la vida.

Hablamos sobre los recursos que son gratuitos, ya que uno de los motivos por los que las mujeres no acuden a la vía institucional a solucionar sus problemas son los altos costes. Así les informa de que menores de edad tienen derecho a la asistencia jurídica gratuita en cualquier caso. Que hay casos civiles, como la reclamación de la pensión de alimentos, en los que no necesitan defensa jurídica y pueden defenderse ellas mismas, explicando que se da libertad al idioma (ya que normalmente en los juzgados se utiliza el inglés) y en las formas. Y por último, que hay asociaciones de mujeres abogadas que trabajan de forma gratuita para casos de divorcio y de violencia de género, cuando la mujer no tiene recursos suficientes para pagar sus honorarios.

También hablamos de la importancia de la educación, ella les insistió en que la educación de las niñas era la vía para luchar por ellas y darles una vida mejor. Estuvieron debatiendo sobre los problemas económicos para pagar las tasas escolares y les estuvo informando sobre algunas becas gubernamentales que existen para enviar a los mejores estudiantes a buenos institutos y universidades.

Debido a que en Lamu la mayoría de la población es de religión musulmana, hay algunos temas en los que ella no tiene competencia, como es el divorcio y la división de la herencia, y que son llevados por el “Cadi” o tribunal Islámico. Esto causa algunas diferencias entre católicas y musulmanas a la hora de las vías donde poder solucionar sus problemas y los recursos que tienen. También en los pasos que suelen seguir, ya que algunas se quedan en la autoridad tribal o en el Cadi y no llegan a denunciar los casos a la policía, ella resaltó la necesidad de acudir a la justicia y de no quedarse en la vía tradicional si ocurren casos en los que necesitas apoyo del sistema.

Especialmente hubo un gran debate sobre a quién se otorgaba la casa en los casos de divorcio, ya que muchas mujeres reclamaban que siempre se daba a los hombres, a menos que las mujeres pudieran probar que habían aportado algo y entonces conseguir una compensación. Ella decía que en el caso del Cadi, ella no podía intervenir ya que se aplicaba la ley islámica, pero que en su caso, el problema era el machismo de muchos jueces que asumen que el motor económico familiar es el hombre, invisibilizando el trabajo que hacen las mujeres y perpetuando su situación de precariedad.

En general, todas las mujeres disfrutaron mucho de la charla, participaron y preguntaron mucho, con momentos de risa y de complicidad también. Creo que el conocer un referente de mujer de este tipo tiene un gran peso ya que no es lo mismo que alguien como nosotras, blancas y europeas, les hablemos de sus derechos, que lo haga una mujer de su propio país que además se encuentra ahora mismo en la postura de velar por esos derechos como jueza de la isla. Y ellas, en cuanto acabó, le agradecieron la visita, el haber podido ponerle rostro y lo que estaba haciendo por todas las mujeres de la isla condenando los casos de agresiones sexuales ¿Qué más se puede pedir?

Autora: Ana Fernández